The Fresh Prince. La fabricación de un sueño.

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El deseo de superación de un niño en un orfanato, dio paso a una de las series de televisión más queridas de los noventa y cuyo tema musical es difícil de olvidar.


Ellos también vinieron de abajo

En Latinoamérica lo conocimos como El príncipe del rap, pero la serie no se centra realmente en ese aspecto de la vida de Will, el personaje principal, es más bien parte del contexto para amplificar el contraste que propone la trama.

Will, un chico de barrio común y corriente interpretado por Will Smith que se mete en problemas y su madre, queriendo protegerlo de la rudeza de su entorno, lo manda a vivir donde su tío, un juez de California que vive en el exclusivo barrio de Bel-Air. Acostumbrados a vivir con lujos de clase alta, la familia choca con la sencillez de Will, pero al final es él quien siempre les recuerda que ellos también vinieron de abajo y que los valores que se aprenden en esa condición valen más que el dinero.

En España llegó como El Príncipe de Bel-Air pero, en ningún caso era “fresh”, seguramente porque esa es una expresión difícil de traducir, sobre todo teniendo en cuenta la increíble diversidad de dialectos que se desprenden del español.

La comedia de la vida cotidiana

La serie salió al aire en 1990, pero el príncipe, ya sea del rap o de Bel-Air, empezó su ascenso a la realeza del entretenimiento un poco antes.

Una noche de 1985 en Philadelphia, el DJ conocido como Jazzy Jeff animaba o trataba de animar una fiesta, el problema era que su Hype man no aparecía por ningún lado.



Es una labor de gran importancia, por eso DJ Jazzy Jeff no estaba contento con la ausencia de su Hype man en aquella fiesta, afortunadamente, Will que vivía cerca y justo estaba ahí, se animó a tomar el rol subiéndose al escenario para salvar el día.

En ese momento se forjó una nueva amistad y de ella, eventualmente nacería el dúo rapero: DJ Jazzy Jeff & the Fresh Prince. El príncipe por supuesto era Will, y le quedaba bien el nombre artístico, porque a pesar de ser un rapero en los 80s y 90s, su estilo era más bien relajado (o fresco), incluso delicado si lo comparamos con la oferta del género musical que usualmente tenía que ver con temáticas de injusticia, violencia y supervivencia en barrios donde la vida es más dura.

El dúo pensaba más en el entretenimiento, producía música que apelaba al gusto masivo con rimas que se enfocaban en la comedia de la vida cotidiana, situaciones estereotípicamente coloridas y a veces exageradas, que sin importar su contexto social, podían vivir los jóvenes americanos.

Una falsa acusación

Una de esas situaciones comunes fue la inspiración de su primer single llamado: Girls Ain’t Nothing But Trouble, algo así como: “las chicas no traen más que problemas”. Con esta canción entraron en la escena del rap amigable de los 80, sin embargo, la canción tiene un momento donde la interpretación se vuelve preocupante.

En general habla acerca de cómo desde la perspectiva de un adolescente rebelde y libre, las chicas son incomprensibles y terminan complicándole la vida. Plantea tres ejemplos, el primero tiene que ver con una cita que termina mal.

El segundo tiene que ver con una chica que le coquetea en un bar. El cortejo progresa y ella se lo lleva a su casa, pero justo cuando están a punto de entrar en la intimidad, el novio de la chica empuja la puerta de la habitación, sorprendido por no haber tenido esa información antes y calculando la paliza que viene en camino, salta por la ventana en ropa interior, y para empeorar la situación, es invierno y las llaves de su casa se quedaron en su pantalón.

El tercer ejemplo se aferra al estereotipo de las mujeres que tardan demasiado para alistarse, en este caso el narrador invita a su novia a un concierto, pero cuando llega a buscarla, resulta que ella aún no está lista, tarda tanto tiempo que para el momento que finalmente sale, ya el concierto terminó.

Pero aunque todos tienen ese estilo de comedia inofensiva, el primer ejemplo toca un tema difícil de tratar con humor. En la situación que plantea el narrador, una cita con una chica que acaba de conocer, empieza bien con cena y vino en un buen lugar. Pero todo se sale de control cuando la chica le pregunta que si él gusta de ella y él responde con un: “hmm algo así”, esto provoca en ella un estallido de indignación, enseguida lo saca del restaurante y empieza a besarlo y abrazarlo. Pero el tipo que ya había demostrado su poco interés en ella, le dice que deje de molestar, entonces la chica se altera mucho más y grita: ¡Violación! Sabiendo el peligro que corre al recibir semejante denuncia pública y la poca credibilidad que podría tener ante la gente, el autodenominado príncipe, sale corriendo, pero la policía lo atrapa y lo arresta por asalto agravado.

Es extraño pensar hoy en día que una falsa acusación de ese tipo pueda pasar como comedia, pero también es una demostración de cómo la noción colectiva de lo que es inapropiado hacer o decir, cambia a través del tiempo.

El dúo continuó haciendo canciones con temáticas similares y la fórmula funcionó, el segundo single del segundo álbum les trajo un premio Grammy. Era una canción acerca de la incapacidad de los padres de entender a sus hijos adolescentes, quienes parecen tener intereses superficiales, pero en realidad están tratando de encajar en el difícil mundo de la escuela secundaria. En el videoclip, es Will quien personifica la frustración del joven en un set pintado todo con grafitis, la popularidad del video en MTV y la actitud tan cómoda de Will frente a las cámaras, los puso en el radar de Hollywood.

Un príncipe latino

El príncipe del rap (o de Bel-Air) es latino, bueno, al menos de origen latino y la historia que inspiró el personaje es muy real y bastante más cruda. Empieza mientras la década del 60 iba terminando, en el Este de Los Ángeles cuando el pequeño Benny Medina, perdió a su madre a causa del cáncer y luego su padre lo abandonó.

Esta situación lo llevó a andar de gira por los orfanatos, escapando de uno para ser internado en otro asignado por el estado. Benny simplemente no se conformaba, y cuando no podía escaparse físicamente, lo hacía con la imaginación, se quedaba mirando fijamente las paredes verdes de la casa, sobre las cuales proyectaba desde adentro la película de sus sueños, una historia llena de éxito y felicidad.

Después de un año en esta situación, finalmente llegó algo de luz. Una tía, preocupada por mantener la familia unida, sacó de los orfanatos en los que estaban a Benny y sus hermanos, abriendo así un nuevo episodio lleno de esperanza. Pero la luz no brillaba todo el tiempo. La relación con el esposo de su tía era tormentosa. El tipo asumió su rol de padre sustituto usando la violencia como táctica de formación de un futuro adulto, para él era disciplina, pero para Benny era maltrato, por eso tomaba cada oportunidad para escapar de la situación, incluso si eso significaba salir a la calle a vender drogas y andar con malas compañías cuando apenas tenía 14 años.


Benny Medina – Angela George, CC BY-SA 3.0

Afortunadamente el azar de la vida le proporcionó una nueva salida. Un día en el centro de arte comunitario que había fundado el esposo de su tía, conoció a un niño cinco años menor que por alguna razón, adquirió un apegó inmediato a él. Ahí se creó una nueva amistad y un tíquet de entrada a la clase alta, pues el niño era parte de una blanca y acaudalada familia de Beverly Hills, los Elliott, quienes eventualmente lo dejarían mudarse con ellos, adecuando un garaje en su casa para él. Estando allá pudo asistir a la escuela pública y hacer conexiones que serían clave para su futuro.


De ahí para adelante, con el ímpetu de su personalidad anduvo en constante cacería del sueño que de niño proyectaba imaginariamente sobre la pared verde de un orfanato. Se integró a la industria de la música como mánager de artistas y llegó a ser vicepresidente de Warner Bros. Records. Fue para esa época, en la segunda mitad de los ochenta, que pensó en vender la idea de una historia para la televisión basada en aquella época de su vida cuando vivía con los Elliott. Pero con un cambio importante, la familia de gente pudiente no sería blanca sino negra, de esa manera sería posible explorar temas de prejuicios y clases dentro de la misma comunidad negra americana. Esta sería la premisa de la serie que luego conoceríamos como The Fresh Prince of Bel-Air.

15 minutos para armar un beat

La idea de Benny fue aceptada por la cadena de televisión NBC y pronto comenzaría la producción, ahí fue cuando el dúo de rap DJ Jazzy Jeff & the Fresh Prince, entró en escena. Con los videoclips, ya Will Smith había demostrado su facilidad para moverse ante las cámaras y el Grammy que habían ganado hacía poco, respaldaba su popularidad.


DJ Jazzy Jeff – MikaV, CC BY-SA 4.0

Will cumplía los requisitos y después de una audición urgente, le dieron el papel. Incluso DJ Jazzy Jeff tuvo lugar en la serie, asumiendo el papel del inoportuno amigo de Will llamado Jazz, cuyas visitas usualmente terminaban con Phil, el papá de la familia, arrojándolo fuera de la casa por decir o hacer algo molesto.


El DJ y el rapero además eran bastante proactivos. Un día llegan donde Andy Borowitz, uno de los creadores del show, y le comentan que tienen una idea para el tema musical de la serie, entonces Will, empieza a rapear la letra que básicamente contaba la premisa de la historia con su estilo de rap amable.

No hizo falta mucho más, básicamente así quedó cuando la serie salió al aire, Borowitz no sugirió ningún cambio, y aunque no se sentía en posición de hacer cualquier crítica, por ser un tipo blanco escuchando a un rapero ganador de un Grammy, de todas formas sí le había gustado la canción y la consideró ideal para el show.

Así nació la canción de una de las series más recordadas de los noventa, y aunque terminó siendo la más importante del dúo de rap, curiosamente a ellos apenas les tomó alrededor de 15 minutos armar un beat y escribir la letra. Pero aunque su creación fue rápida, en ella es posible entender la posición de alguien a quien el destino lo puso en situaciones de contraste, pudiendo escapar de una vida peligrosa y aprovechar su suerte para dedicarse a la fabricación de un sueño.


Bonus Track

DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince – Girls Ain’t Nothing But Trouble
Opening principe de bel air. Rap ENTERO en español (ESPAÑA)

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Published by Leon Bernard

Busco el equilibrio en la creación, poniendo en la balanza el pensamiento estratégico y la libertad para producir música y escribir historias.

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