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Pueden haber muchas capas de lectura en una canción, pero cuando se quiere enviar un mensaje importante con un formato pop, se crea un arma de doble filo.

La desigualdad
Las canciones, por su capacidad de llevar palabras integradas a la melodía, son una herramienta poderosa para difundir cualquier mensaje. Por eso, cuando una dictadura quiere mantenerse, con frecuencia apunta a silenciar a los artistas que expresan ideas radicales en sus canciones, saben que detrás de la banda van marchando cientos, miles o millones de jóvenes, que tomando estas canciones como himnos y fuente de motivación, hacen tambalear la idea de un estado bajo control absoluto.
Por otro lado está la simple naturaleza de la música que nos afecta sin que podamos evitarlo. Somos como serpientes encantadas que salimos de la canasta cuando tocan nuestra canción. En este sentido, la música pop de cada época y cultura, siempre ha tenido la mayor influencia. Pero qué pasa cuando una canción muy popular que marca todas las casillas de la música masiva de su era, y genera fascinación en la radio y el mundo digital, quiere en realidad llevar un mensaje importante. ¿Qué pasa cuando el artista pop quiere por un momento salirse de su piel y ofrecerte algo importante fuera del contexto del entretenimiento? Hacerlo puede crear un arma de doble filo y el resultado puede ser una de esas canciones serias que nadie toma en serio.
Esto pasa cuando el factor cadencioso de la canción es tan fuerte que te lleva a un lugar distinto que la letra, el mensaje podría estar incluso ofendiéndote, pero el ritmo te ciega borrando temporalmente el significado de las palabras. Como pasa con la belleza cuando nos obsesionamos con ella. Quien la posee goza de atención, pero eso no quiere decir que el mundo le va a prestar mucha atención si todos están pendientes de cómo se ve, y no de lo que tiene que decir.
Este es el caso de canciones en todas las épocas, un ejemplo claro es Electric Avenue. Una canción cuya instrumentación te invita a bailar, y su letra te invita a marchar protestando por la desigualdad y la injusticia racial.

Recorrido iluminado
En 1880 la luz eléctrica a escala de servicio público llenaba gradualmente las ciudades y los hogares impulsando nuestro estilo de vida en una nueva era. Es difícil imaginarse el concepto de la vida nocturna antes de la bombilla eléctrica, la idea de una ciudad que nunca duerme no sería posible.
Fue en ese entonces mientras nos movíamos en dirección a la electrificación de las calles, que por primera vez una avenida comercial, fue iluminada. Sucedió al sur de Londres en un distrito llamado Brixton y por supuesto la llamaron: Electric Avenue, la avenida eléctrica.
Con el tiempo el recorrido iluminado se fue llenando de todo tipo de negocios; de fruterías a tiendas de ropa, de carnicerías a tiendas de accesorios para celulares, pasando por restaurantes, barberías, pescaderías y toda clase de productos de origen asiático, africano, suramericano y del Caribe.
Mientras la avenida eléctrica perdía su encanto exclusivo por tener luz, pero ganaba población extranjera de África y las Antillas, nacía en el Caribe, el niño que luego pondría el nombre de la avenida en boca de todos y eventualmente en comerciales de televisión y hasta campañas políticas. Era Eddy Grant.

Para siempre
Eddy creció en uno de esos lugares que desafían las convenciones de los mapas porque se nos olvida que están ahí. Las Guayanas, territorios entre Venezuela y Brasil que hasta finales de los 60 y 70 todavía pertenecían a países europeos, de hecho uno de ellos sigue siendo parte de Francia.
A una de estas Guayanas en la costa nororiental del continente llegaron desde principios del siglo 17 holandeses, franceses y británicos a realizar una de las actividades más peligrosas para un sociedad, la agricultura. Porque claramente a una escala colonial no se trataba de cultivar para alimentar sino de explotar para enriquecerse, y con la idea de que podían ser dueños de la tierra a la que llegaban, los imperios del otro lado del Atlántico peleaban guerras entre ellos para tener el control de la caña de azúcar y el arroz.
El pedazo de tierra fértil al final se lo quedaron los ingleses y a punta de esclavitud construyeron la economía de la que conocimos superficialmente en los textos del colegio como la Guyana Inglesa. Allí, en una villa llamada Plaisance, un grupo de 65 africanos que recién habían oficialmente recobrado su libertad en 1838, le compraron a un ganadero de apellido Watershodt, el terreno por 39 mil dólares para hacer de esa tremenda ironía, una nueva comunidad. En ella, pero mucho tiempo después nacería en 1948 Eddy Grant, el creador de Electric Avenue, la canción.
Eddy pasa los primeros doce años de su vida en esa burbuja afro-británica en América mientras sus padres trabajaban en Inglaterra y le enviaban dinero para su educación. Eventualmente se muda a Londres y se reúne con su familia, continúa estudiando y aprende a leer y escribir música. Hasta que un día el destino se le presentó en forma de rock and roll y leyenda, cuando Chuck Berry, el célebre autor de Johnny B. Goode, llegó a presentarse en un teatro en Londres y Eddy pudo ir a verlo. Su vida cambió ese día y decidió que se dedicaría a la música.
Entonces en 1965, a los 17 años, toma la guitarra y forma The Equals, una de las primeras bandas racialmente mixtas del Reino Unido. En el 68 lanzan su hit Baby Come Back, que luego harían incluso más famoso Pato y UB40 en versión reggae. Todo iba en dirección hacia arriba, hasta que una noche, Eddy, de 23 años, llega a su casa, estaciona el auto, se acuesta a dormir y de repente se despierta en el hospital. Había tenido un infarto al parecer debido a una condición genética. Entonces, al recuperarse decide retirarse de la banda para dedicarse a la producción.
Luego empieza a grabar sus propios álbumes y a meterse poco a poco en la radio británica como solista. Sigue inclinándose hacia la producción y decide mudarse de vuelta al Caribe pero no a Guyana que en ese punto ya era independiente, sino a Barbados, donde hizo construir su estudio de grabación Blue Wave. Pero antes, le tocó presenciar una manifestación que lo marcaría para siempre.

No abunda la esperanza
En cualquier ciudad siempre existe la posibilidad de un estallido social, de una rebelión localizada con capacidad de escalamiento. Por supuesto, las razones más comunes tienen que ver con injusticia y desigualdad. En el caso de los disturbios de Brixton, donde a lo largo de los años se fue asentado una comunidad Afrocaribe, había además un elemento racial.
En 1981 las tensiones entre los residentes y la policía londinense crecían. Un incendio en una fiesta mató a 14 jóvenes negros, la investigación determinó que había sido un accidente, pero la comunidad no quedó convencida. El país pasaba por una recesión, lo cual siempre afecta más a la clase obrera, el desempleo subía y el crimen también, mientras la policía endurecía las medidas de control, una de ellas permitía detener y arrestar a cualquier persona que a su criterio pareciera sospechosa, incluso si no estaba cometiendo ningún crimen. La comunidad afro consideró que la medida los afectaba desproporcionadamente.
Finalmente todo llega al punto de ebullición y el 10 de abril estallan los disturbios en Brixton. Durante los siguientes dos días policías y civiles fueron heridos, edificios fueron atacados y quemados, tiendas fueron saqueadas, patrullas fueron incendiadas, personas fueron arrestadas y la violencia generalizada se tomó la zona, la cual incluía una parte de Electric Avenue.
Desde su casa, Eddy seguía los sucesos por la televisión y pensaba que esto ya se venía gestando, estas cosas pasan cuando hay opresión y la gente siente que la están dejando de lado, ahí estalla la violencia. Él había sido afortunado en tener éxito, pero entendía que fácilmente pudo haber sido uno más de esos chicos viviendo una realidad cruda en un lugar donde no abunda la esperanza.

Es mucho trabajo
De la impresión que le generó y recordando que alguna vez pasó por ElectricAvenue y pensó que ese nombre tenía un sonido buenísimo para una canción, decide que era el momento de hacerla. Pero su viaje estaba por darse y pronto dejaría el Reino Unido indefinidamente, entonces puso en pausa la creación.
Llegando a Barbados, Eddy se enfrenta con otro drama, esta vez de carácter personal. Resulta que la aerolínea había perdido sus maletas donde llevaba algunas posesiones materiales reemplazables y otras intelectuales que nunca recuperaría, eran sus últimas canciones. Tuvo que sentarse a escribir nuevo material, así que con el recuerdo de los disturbios de Brixton y la emoción aún frescos, se dedica a escribir y en cuestión de minutos llegaron las palabras para Electric Avenue, su mayor éxito musical.
La canción está pensada como un llamado a despertar, sí, empieza con un ritmo que te pone en el estado de ánimo de algo fiestero como The Rolling Stones, pero luego, la primera frase de la letra corrige, o al menos intenta corregir el curso diciendo: “Ahora hay violencia en las calles”. Después continúa reflexionando acerca de la desigualdad, pone el ejemplo de una persona que teniendo que trabajar muy duro, no le alcanza para comprar nada de lo que ve en la televisión, es un guerrero pero no tiene para alimentar a sus hijos, y al final, no se sabe a quien culpar por todo el daño social.
La canción fue un hit internacional, sobre todo cuando empezó a rotar en MTV y las ventas del single se dispararon. Pero claro, eso no fue a causa de la letra, que en muchos países por la barrera del idioma ya era difícil de transmitir, sino por su construcción pop.
En casos como estos uno se pregunta dónde está el valor si una canción llega a millones de personas, dentro de las cuales seguro habrá quienes tengan poder para cambiar situaciones de desigualdad, pero nadie está prestando atención al mensaje ni haciendo un esfuerzo por interpretar o traducir su letra. Es mucho trabajo hacer eso, es más fácil ignorarlo todo y ponerse bailar.
Bonus Track
Referencias: https://www.stabroeknews.com/2010/07/29/guyana-review/books-plaisance/ – https://www.theguardian.com/culture/2018/sep/03/how-we-made-eddy-grant-electric-avenue – https://en.wikipedia.org/wiki/1981_Brixton_riot – https://www.songfacts.com/facts/eddy-grant/electric-avenue
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